mar 232011
 

Como muchos de mis compañeros, mi infancia transcurrió entre finales de los 50 y principios de los 60, una época en la que los niños que pertenecíamos a familias muy humildes disponíamos de pocos juguetes.

Por lo tanto, nuestra mayor fuente de diversión era nuestra imaginación, que hacía que una silla tumbada en el suelo se convirtiera en la cabina de un caza supersónico, o en un bólido de carreras, o en una nave espacial; o que las pinzas de madera para tender la ropa  fueran coches, motos o caballos; o que las chapas que recogíamos del suelo de bares fueran soldados o indios, o lo que se nos ocurriera.

Como juguetes “reales” recuerdo haber tenido unos indios y vaqueros de goma y un pequeño fuerte de madera y un triciclo “heredado” de no sé quien. También pude disfrutar durante unos pocos días de una batería que me trajeron los reyes y que misteriosamente desapareció, supongo que debido al ruido que hacía  al tocarla constantemente.

Pero mi mejor recuerdo es el de cuando mi padre, desplazado a Alemania para unos cursos de formación que duraron más de un año, en una de sus visitas periódicas apareció con un tren eléctrico Märklín… ¡todo un acontecimiento!

Locomotoras, vagones, vías y desvíos del tren

El único inconveniente fue que, como era “complicado” de montar y de hacer funcionar (tenían que conectarse las vías para hacer el circuito y enchufarse a la corriente), sólo podía hacerlo con mi padre, o sea, que quien jugaba mayoritariamente era él.

Pero posteriormente fue mejor, ya en otros viajes me trajo varios vagones y una máquina que debían montarse, y también un pueblo entero y varias edificaciones ferroviarias también para montar, con lo que entonces sí que pude disfrutar, naciendo mi afición a las maquetas.

Vagones y maquetas de edificaciones

Recuerdos de tiempos difíciles en la que mis padres hacían lo posible para que no lo sufriéramos ni yo ni mis hermanas, aunque desde mi perspectiva infantil no lo me daba demasiada cuenta y me adapté a lo que tenía, conformándome cuando no podía tener lo que quería, como hacíamos la mayoría en aquel entonces.

Jordi Cánovas Cartes

 Leave a Reply

(required)

(required)


− dos = 2

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>