Recuerdo cuándo era pequeño que mi juguete preferido era un caballo de cartón con el cual jugaba mucho. Tenía la altura perfecta para mí, unos 50 o 60 centímetros. Me montaba en él y le tiraba de las orejas. También el perro de casa Tim era un juguete para mí. Le tiraba de las orejas y le hacía las mil perrerías, pero siempre sin hacerle ningún daño. Jugaba con un carrito de madera con el que me entretenía también, pero tuve la desgracia de tener un accidente muy serio y quede amnésico y no tengo más recuerdos desde que nací hasta los 8 años.
Más tarde recuerdo que jugaba con el Mecano y construía aviones, carros y diversas cosas con él. Mi padre me enseño a jugar con las Damas y otros juegos cuando tenía tiempo, pues siempre me compraba juegos instructivos.
Recuerdo también que cuando tenía unos 4 años y medio vivía en Montcada y Rexach y vi a un perro morder a una niña de 3 o 4 años. Luego tuvieron que dar mis padres nuestro perro, porque le cogí miedo. Como mi madre cosía durante las tardes me llevaba precisamente a donde le dimos el perro y no veas la que armaba cuando sentía que había llegado, pues me quería mucho y quería jugar conmigo y yo no quería porque le había cogido miedo.
También hacíamos las pelotas por medio de ir entrelazando con lazos de ropa, pues 5 o 6 años después de la guerra no teníamos apenas dinero, se cambiaban los alimentos para poder comer.
Antonio Estape.